Cómo abulense he elegido a JIMENA BLÁZQUEZ
Una mujer desarrollando un puesto
político de tanta importancia en el s. XII, es un hecho difícil de ver en el
siglo actual. Pero que fue posible gracias al apoyo del alcalde de la ciudad,
Fernán López Trillo, que era su marido.
Cuenta
la leyenda …
Al
dejar la ciudad amurallada sin ejército, la estrategia musulmana fue mandar una
gran cantidad de hombres a sitiar Ávila.
Sin embargo, Jimena Blázquez era
más lista y valerosa. Dentro de la muralla, Jimena Blázquez fue preparando a
los pocos hombres que quedaban, junto a niños, ancianos y mujeres para simular
un ejército que pudiese fingir ser efectivo e inquietante a ojos del enemigo dirigido
por Abdalla Alhazen, al servicio del califa de Córdoba.
Foto1 :"Estatua en la Plaza de San Miguel de Ávila”.
Por lo que aparentemente el asedio a la ciudad amurallada estaba a favor para la ocupación musulmana dirigida por Abdalla Alhazen.
Pero la astucia de Jimena Blázquez fue mayor, y ordenó vestir a todas las mujeres con las indumentarias de sus esposos, ocultando sus atributos bajo holgadas ropas y armaduras y su cabello largo bajo los yelmos y los cascos. El objetivo era aparentar ser un gran número de soldados dispuestos a defender la ciudad amurallada encendiendo hogueras y antorchas. Una de las noches, una pequeña escaramuza de escuderos abulenses se coló en los aposentos reales de Abdalla Alhazen para hacer cundir el pánico. Las trompetas y los gritos de guerra no se hicieron esperar por parte de los ciudadanos de Ávila desde las murallas. La leyenda cuenta que la propia Jimena Blázquez ocupo la Puerta de San Vicente con el mismo objetivo que el resto de abulenses.
Ante esta situación que contradecía la ausencia de ejército en la ciudad amurallada, Abdalla Alhazen tuvo que ordenar la retirada de sus tropas. Derrotado y humillado por un ejército no profesional que se valió de la astucia de una mujer que sin derramar una sola gota de sangre defendió su urbe.
Al regreso del ejército abulense
y conocedores del acontecimiento en su ausencia, reconocieron la valentía, la
astucia y la fidelidad a la corona de Castilla. A partir de ese momento, Jimena
Blázquez y sus futuros descendientes disfrutaron de ciertos privilegios, tales
como; ser tenidos en cuenta en el Concejo que era una Asamblea vecinal dónde se
debatían asuntos de interés.
El
reconocimiento a la memoria de Jimena Blázquez está muy presente en la ciudad
amurallada con la estatua dedicada a su persona situada en la Plaza de San
Miguel de Ávila.
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